Relájense y disfruten
Los masajes son un juego erótico que libera tensión antes del acto sexual. Conozcan mejor sus cuerpos y déjense llevar hacia el placer
Para conseguir una relación placentera con tu pareja, lo más importante es que usen la imaginación y el juego. Jugar juntos es una forma de conocer mejor el cuerpo del otro y poco a poco dejarse ir para llegar al placer. Los masajes son un juego erótico que sirve sobre todo para liberar la posible tensión que pudiera haber antes del acto sexual. Así es que? ¡fuera ropa!
1. Efectos relajantes
Si después de un día de tensión y estrés, lo único que desea tu pareja es que le des un masaje relajante y no necesariamente erótico, si lo haces correctamente también puede tener un efecto terapéutico.
Presión leve. Siéntate en un sillón y pídele a tu hombre que se arrodille frente a ti y coloque su cabeza entre tus rodillas. Impregna tus manos en aceite aromático para masaje y con los dedos juntos deslízalas por su espalda hasta la parte más baja, al llegar ahí separa los dedos y baja hacia las caderas. Sube hacia los hombros, baja por los brazos y vuelve a subir. Repite unas seis veces.
Presión media. Terminado el primer masaje, en éste ejerce un poco más de presión, pero con suavidad para relajar los músculos. Ponte de rodillas al lado de su hombro, coloca la palma de una mano debajo del omóplato y los dedos de la otra por encima. Dale un masaje por encima del hombro y a la vez empuja hacia ti con la mano que tienes debajo. Repite unas seis veces.
Presión fuerte. Continúa con un masaje encima del hombro con las dos manos, frotándolo como si amasaras pan y moviendo las manos hacia el cuello. Una vez en el cuello, vuelve a bajar hacia el hombro. Repite unas seis veces y sigue después con el otro hombro.
2. Sensaciones eróticas
Después del masaje relajante, continúa con las caricias sensuales. Los masajes con las manos no son los únicos, también puedes usar los pies, el pelo y todo el cuerpo, las posibilidades son infinitas.
Entre tú y tu hombre debe existir la suficiente confianza, entendimiento y complicidad, como para probar cosas diferentes y averiguar cuáles les resultan más excitantes. Con un leve roce en la piel puedes tener asegurada una excitación inesperada.
Caricias con el cabello. Una posibilidad muy interesante de roces es acariciar con tu cabello el cuerpo de tu chico, recorriendo toda su piel. Esa sensación del pelo suave le será sumamente agradable y a la vez diferente y tentadora.
Roces con el cuerpo. Un jugueteo que conseguirá un efecto de provocación en tu compañero es usar tu propio cuerpo para acariciarlo. Acércate suavemente, dale con tus pechos pequeños roces sobre su piel y ve recorriendo de esa forma su espalda, pompis y piernas.
Dale una sensación erótica que lo haga receptivo a cualquier juego sexual que le propongas, acariciando todo su cuerpo con tus brazos, tu cara, tus nalgas y las plantas de tus pies.
por. Norma Perez
fuente. agencias 2009
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