SEXO SEGURO

Sexo seguro


El uso del condón no es una nueva faceta o línea de la moda, sino una necesidad que procura hoy la relación sexual, sea cual sea la orientación de la misma. Llamémosle, si queremos, una cuestión de amor propio o de valorarnos justo por lo que somos, por lo que queremos y hasta por lo que añoramos.

Llevar siempre el condón como el más preciado de los amuletos, no debe tomarse hoy como consejo y sí como costumbre.
En la búsqueda del placer está la clave del condón o preservativo, que ante nosotros se presenta pequeño, manuable y barato. Pero garantías estéticas, prácticas y hasta monetarias aparte, el uso de este para algunos “insignificante dispositivo de látex”, es una de las formas más seguras de evitar el contagio al VIH y a otras muchas Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), como por ejemplo la sífilis, la gonorrea y el condiloma.

Es sabido que la mayoría de las ITS (incluyendo el SIDA) se produce a través de las relaciones sexuales, es decir, cuando existe penetración del pene por la vagina o por el ano. Ambas son prácticas de riesgo que provocan el contagio en casi todos los casos; sin embargo, conceptos y costumbres estereotipadas se oponen a una protección adecuada que para nada descuida el goce, e insiste en un disfrute sano y verdaderamente placentero.

Opiniones tan erradas al respecto se suceden cual sarta de disparates. Así como para gustos se han hecho los colores, en el tema del condón hay de todo… como en botica.

Maikel, un joven de 21 años, dice al respecto: “No me gusta usar preservativo, no lo soporto. Siento que me aprieta y por más que quiero relajarme, esa cosa siempre me saca de paso…”.

Abel, trabajador de 30 años: “Si fuera cuestión de gusto no me lo pusiera nunca, pero se trata de cuidarme porque la calle está malísima, y una cara bonita puede entristecernos la vida para siempre”.

Aralis, trabajadora social, 20 años: “En algunos casos he insistido para que mi pareja use el condón. En estos momentos no, pues ya llevo algún tiempo con mi novio y tengo confianza en él; aunque si uno lo piensa bien, yo no estoy detrás de él las 24 horas del día”.

Cristian, 19 años, estudiante universitario: “Sin condón, ni pensarlo, como dice el spot de la televisión. Cuando comencé a salir con muchachas, mi papá me daba algo de dinero y uno o dos preservativos.

Después me acostumbré y yo mismo me los compraba. Es cuestión de adaptación. Lo uso hasta con mi pareja, y llevamos como dos años”.
Camilo, estudiante, 20 años: “La única forma de evitar cualquier contagio por ITS es usar siempre el condón, durante toda la relación sexual. No usarlo significa el contagio prácticamente seguro. Se siente igual con o sin preservativo, quien diga lo contrario es mentira”.

En honor a la verdadEspecialistas de todo el mundo consideran al SIDA como la pandemia del siglo XX, que por desgracia extiende sus tentáculos hasta hoy, cuando ya vivimos la primera década del XXI.
La experiencia de quienes se esmeran en la búsqueda de una cura para tan terrible Infección de Transmisión Sexual, aboga por la práctica de un sexo seguro e insiste en el uso frecuente del condón.

Ante las señales de alerta que llegan de diferentes latitudes geográficas, prestar oídos sordos no es camino aconsejable a seguir, y menos por quienes transitan la etapa más intensa y fogosa de la sexualidad humana: la adolescencia.

No se trata de cerrar puertas al placer ni de decirle no al amor. Mucho menos de abstenernos del goce infinito que produce una relación sexual íntima y completa. La cuestión es hacerla más duradera y segura, que deje en ambas partes de la pareja un sabor agradable, convirtiéndola en una experiencia inolvidable, irrepetible y única.

Más que llevar condón, utilizarlo (como se debe) se convierte en premisa, obligación y hasta costumbre. Colocarlo debe formar parte del propio juego sexual que antecede al coito. Recuerda tenerlo al alcance de la mano para cuando el pene esté erecto y siempre antes de la penetración.

También es aconsejable usarlo en el contacto boca-sexo. Para retirarlo (siempre antes de finalizar la erección) debes sujetarlo por el borde para evitar que el esperma salga fuera del preservativo. ¡Ojo!, con él no vale ninguna acción de reciclaje…

Tan sencillo como tomarse un vaso de agua resulta el uso de este importante invento, que ya data de unos cuantos añitos. No por gusto vuelve a la cotidianidad y se gana el protagonismo de estos días.



POR:LICDA. NORMA PEREZ

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