Sal de la depresión post-truene




Estás sufriendo mucho, sin embargo no morirá tu espíritu a menos que tú lo permitas. Sólo necesitas fuerza, esperanza y determinación


Lo has visto en las películas, has escuchado a tus amigas lamentarse durante largas y lacrimosas horas, pero nunca pensaste que te pasaría a ti. Tu amor era diferente, elevado, mágico. Él se maravillaba con tu belleza, tus abrazos nunca le eran suficientes, se besaban hasta el amanecer, se enviaban mensajes tiernos, planeaban su futuro juntos. Hasta que un día la ruptura te rompió el corazón y te dejó sangrando emocionalmente.
Estás en shock. De repente te llegan profundamente las canciones de amor. Quieres vomitar, quieres meterte a un agujero, quieres irte en un barco muy lejos. Las malas noticias: estás sufriendo. Las buenas noticias: no morirá tu espíritu, a menos que tú lo permitas. Aunque por el momento no lo creas, saldrás de la depresión post-truene, sólo necesitarás tres cosas: fuerza, esperanza y determinación.
Ocho pasos para salir adelante
1. Busca tiempo para las lágrimas. Estás herida, el proceso de recuperación necesita tiempo y espacio. Así que mantén tu agenda libre, toma un baño, recuéstate en la cama tanto como lo necesites, tómate un té, escribe un diario, sal a caminar, llora.
2. No te preguntes qué sucedió. No te recrimines nada a ti misma, no te culpes por lo que está fuera de tu control. Ni siquiera te hagas la pregunta “¿qué hice mal?”. Tú no hiciste nada mal, culpa al destino, sencillamente estás experimentando un ciclo natural e inevitable. Los sentimientos cambian, las relaciones terminan, el calor se enfría, las hojas caen, las personas mueren.
3. No te preguntes por qué. Es una pregunta de tortura. Generalmente las relaciones terminan por una infinidad de razones complicadas, es imposible desmenuzarlas y encontrar una causa única del haber terminado la relación. Ahórrate esa actitud de detective, estarás mejor si aceptas la ruptura y no tratas de descifrar por qué ocurrió.
4. Deja a tu amor partir. Sí, es muy cursi el dicho “si amas algo, déjalo libre”, pero piensa que tratar de convencer a tu ex de quedarse contigo cuando él ya no quiere es una pérdida de energía que sólo retardará tu recuperación. No supliques, no trates de negociar, no le envíes incontables e-mails, no llames a sus amigos, no te aparezcas en su trabajo, no veas sus fotos en la red. Cuando sientas la urgencia de entregarle tu corazón, detente, siéntate y di la siguiente frase en voz alta: “Te dejo ir porque te amo, porque me amo más a mí y porque merezco un amor recíproco”. Repítela hasta que tu impulso desaparezca.
5. Permítete enojarte pero no amargarte. No busques venganza, no hables mal de tu ex, no sufras ataques de rabia, no hagas nada de lo que te avergonzarás después. Sé la más respetable de los dos, sin importar qué tan insensible fue él contigo. Deja que tu ira te motive a volverte más fuerte, a sanar y a nunca más conformarte con menos de lo que mereces.
6. Cambia, revalórate, reinventa. Limpia tu clóset, regálate una limpieza facial, tíñete el cabello, cómprate sábanas nuevas, inscríbete en una clase de danza, estrénate como una nueva persona. Con cada final viene un principio, ¿qué dirección quieres que tu nueva vida tome? Haz una lista de tus objetivos y aclara tus prioridades.
7. Encuentra compañía. No estás sola y no eres la primera ni la última en tener el corazón roto. Habla con amigos, vean películas, escuchen música, compartan libros. Toma consuelo en las historias de quienes han amado, perdido y viven para contarlo.
8. Toma tu recuperación como un trabajo. Terminar una relación es como el equivalente emocional del trabajo de construcción. El esfuerzo es enorme, terminas cubierta de mugre, puedes lastimarte un dedo, pero si te tomas tu tiempo, si eres consciente, si trabajas para sanar en lugar de quedarte estancada, al final obtendrás una hermosa y sólida casa nueva.

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